martes

diapositivas

El susurro desmedido del adiós,
el apresurado silencio del amor,
son lo que el metal hace al péndulo…
el tiempo, al movimiento…su sustrato.

En nombre de Dios, del Azar, la que llaman contingencia,
prometemos turbarnos, marchitarnos, escondernos,…

Esquina ochava, testigo del desamor
de dos jóvenes, que en lo mas bello de su
ingenuidad, sueltan miradas, despiden sensaciones
contradictorias que los llevan al inseparable
desencuentro del encuentro.

Tengo cincuenta palabras, y la inefabilidad de cada una de ellas.

1 comentario:

camaleonica dijo...

no sé si uno escribe solo cuando está mal,
yo generalmente lo hago más frecuentemente si mi estado de ánimo no está muy "UP" ...
Digamos que uso la posibilidad de escribir para expresar lo que yo misma prefiero guardar o aquello que me resulta decir.

saludos :)