martes

Imaginación e Invención

En esta crítica Simondon advierte la necesidad de imaginar no como lo hemos hecho del s. XIX a esta parte, si no como lo hacían antiguos; es más, los cita cuando Orfeo busca el camino a los Infiernos para salvar a Eurídice.
Con lo cual, nos adentramos en que no es necesaria la conciencia de la imagen, ya que ella se ha puesto como numinosa, es decir, entre medio de lo subjetivo y lo objetivo. 

miércoles

Después del terremoto



En trabajos anteriores Haruki Murakami se interesó por los distintos realismos, entre ellos el ralismo mágico presente en Kafka en la orilla. En esta oportunidad, Después del terremoto, Haruki muestra una secuencia de historias concatenadas por el triste episodio de un terremoto, acontecimiento realmente acaecido en Kobe en 1995, sugiere el FIN DEL MUNDO. ¿Cómo es este final? La respuesta el autor de Tokio Blues la encuentra entre la religión y el baseball. Hay en la novela ciertos guiños explícitos a la música, esto Murakami no lo ha perdido. A decir verdad lo más atrapante de la novela es “la rana que salva al mundo”, en esta instancia, se enviste el realismo haciéndolo un apartado de la imaginación. Katagiri ayuda a la rana a rescatar el mundo generando una escisión en su interior y fuera de él entre la luz y la oscuridad.
Recomiendo la lectura atenta de esta asombrosa historia DE FICCIÓN.  

sábado

El intenso recorrido por la vida


Hoy fui como Oliveira consternado por la muerte de Rocamadour o de algún mes que se va.

Así como en la tragedia el héroe muere en este caso Rocamadour es el caso.

¿Dónde radica el problema de la tragedia? ¿En el héroe? ¿en la muerte abyecta?

lunes

Tokio Blues, Kafka en la orilla y el arte griego

Haruki Murakami, escribe Tokio Blues como si pretendiera absorver al lector en su origen trágico. Quizás por el suicidio anunciado de la novia de Toru Watanabe, protagonista de Norwegian Wood, y la apestosa idea de acabar sus días en un instituto psiquiátrico. La relaciones sexuales que Watanabe mantiene a lo largo de la novela hacen a cierta catarsis que conlleva la lectura de Tokio Blues. El autor es astuto en la elección de pasajes musicales y también de imágenes.
La tragedia de Tokio Blues es reemplazada por cierto realismo mágico al hablar de Kafka en la orilla.  Para mí, antes de leer el libro, el título hacía referencia a Franz Kafka pero resulta ser el nombre de una canción (...) El desenfrenado y exitoso intento de huir de casa de Kafka lo hacen ver fortunado. Se desprende de Kafka en la orilla cierto asco (conotación con lo feo), presente en la figura de Johnnie Walker que despedaza gatos como si su pretensión fuese un estudio de los felinos.

Si bien Nietzsche advierte en El drama musical griego lo irreversible de ciertas vivencias, como las del teatro griego, debido a que la armonía se posa sobre la melodía; la potencia del coro es derivada, en la modernidad, en un teatro para ver; y las vestimentas ya no son tan libres como las de Esquilo. Queda la pregunta de si algunos autores contemporáneos pueden retroraernos al arte trágico griego.